
En el extremo sureste de Venezuela, en el estado Bolívar, se encuentra uno de los paisajes más impresionantes y enigmáticos del planeta: La Gran Sabana, una vasta región de altiplanicies, selvas, ríos cristalinos y formaciones geológicas milenarias. Esta joya natural forma parte del Parque Nacional Canaima, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO, y es hogar del icónico Tepuy Roraima, la montaña mística que ha fascinado a exploradores, científicos y viajeros por generaciones.
Con una altitud promedio de 1.000 metros sobre el nivel del mar, la Gran Sabana se extiende sobre más de 10.000 km² de territorio, colindando con Brasil y Guyana. Sus paisajes abiertos, cielos infinitos y tepuyes —esas montañas con cimas planas y paredes verticales— crean una atmósfera surreal y mágica.
La Gran Sabana
Datos destacados:
El Roraima es el tepuy más famoso de Venezuela y uno de los más altos del continente. Con una altitud de 2.810 metros, su cima alberga un ecosistema único y casi alienígena, con especies endémicas que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta. Su mística ha inspirado leyendas indígenas y obras como El Mundo Perdido de Arthur Conan Doyle.




Atractivos principales de la Gran Sabana:
Tepuyes: Entre ellos destacan el Kukenán, Roraima, Ilú, Tramé, Wadaka Paipó.
Saltos: Como Quebrada de Jaspe, con su lecho de cuarzo rojo; Kama Merú, visible desde la carretera; Aponwao; y muchos más.
Pozos naturales: Como el Pozo Esmeralda y La Piscina, ideales para nadar en aguas frescas y puras.
Comunidades indígenas: Principalmente del pueblo pemón, quienes conservan su idioma, tradiciones y conexión espiritual con el territorio.
Tepuy Roraima: La madre de todas las aguas
Ubicación: Frontera trinacional entre Venezuela, Brasil y Guyana.
Superficie de la cima: Más de 31 km².
Formación geológica: Roca sedimentaria de más de 2.000 millones de años, una de las más antiguas de la Tierra.
Importancia cultural: Considerado sagrado por el pueblo pemón, que significa “madre de todas las aguas”.
Ascenso al Roraima: Una expedición inolvidable
El ascenso al Roraima es una de las caminatas más épicas de Sudamérica. No se necesita equipo técnico de escalada, pero sí buena condición física, resistencia y preparación logística.
Ruta clásica:
Punto de partida: El pueblo de Paraitepuy, al que se accede desde Kumarakapay.
Duración: Entre 6 y 8 días (ida, exploración en la cima y regreso).
Nivel de dificultad: Moderado a exigente.
Puntos clave del recorrido:
Río Tek y Río Kukenán
La Rampa (ascenso final)
La cima: Un mundo de rocas talladas por el viento, plantas carnívoras, valles de cristal, el punto triple (frontera Venezuela-Brasil-Guyana), el abismo del Kukenán y el mítico “Hotel Roraima” (un refugio natural entre rocas).
Recomendaciones
Realizar la expedición con operadores turísticos certificados y guías pemones.
Llevar ropa impermeable, zapatos de trekking, bolsa de dormir, protector solar y agua purificada.
No dejar basura ni dañar el entorno. La cima es frágil y su ecosistema, muy sensible.
Contratar tours con enfoque sostenible y respeto por la cultura indígena.
Biodiversidad única
Tanto la Gran Sabana como la cima del Roraima albergan especies de flora y fauna adaptadas a condiciones extremas. Se pueden observar:
Plantas carnívoras como las heliconias y droseras.
Ranas minúsculas endémicas.
Orquídeas, bromelias y líquenes.
Aves como el águila harpía o el gallito de las rocas.




Cómo llegar
Vía aérea: Desde Puerto Ordaz o Ciudad Bolívar hasta Santa Elena de Uairén en vuelo charter.
Por carretera: Desde Puerto Ordaz, se puede tomar la Troncal 10, que atraviesa todo el sur del estado Bolívar hasta llegar a Santa Elena de . Esta vía también permite explorar los principales saltos de la Gran Sabana en el trayecto.
Mejor época para visitar
Época de lluvias (mayo a noviembre): Los ríos y cascadas están en su máximo esplendor, pero los caminos son más difíciles.
Época seca (diciembre a abril): Mejor clima para el trekking y vistas despejadas, aunque algunos saltos tienen menor caudal.
Un destino que transforma
Visitar la Gran Sabana y el tepuy Roraima es mucho más que hacer turismo: es entrar en contacto con una tierra ancestral, llena de energía, espiritualidad y majestuosidad. Es caminar sobre las rocas más antiguas del mundo, admirar paisajes que parecen de otro planeta y compartir con comunidades que viven en armonía con la naturaleza.







